domingo, 9 de junio de 2013

LIVE of the year




Cae un atardecer lluvioso cerca de los teatros romanos que coronan el monte donde se alza la catedral barroca archiconocida de Fourvière. Me he tomado una infusión de vainilla dulce y humeante para poner a mi cuerpo en estado de paciencia y serenidad pues tengo tres horas de inmobilidad por delante. La primera cola de un concierto serio/importante en mi vida me espera y llego puntual a la cita. Bajo el paraguas azul de mi derecha está Clara con su cámara en reposo pero con una mano temblorosa que no la abandonará hasta pasadas las doce de la noche. Creo que está más nerviosa y emocionada que yo. La lluvia es intermitente, como mi estado de ánimo en los momentos previos a ver al niño de madera. Después de una larga espera la primera fila es nuestra. El techo del gran escenario negro nos recubre mientras que detrás de nosotros un mosaíco multicolor de chubasqueros se va dibujando. La gente aguanta estoícamente: con los pies fríos no piensan bien y con los labios cortados no articulan muchos sonidos hasta la entrada del telonero Harold Martínez, un músico muy experimentado con aire rockero y un batería poseído de ritmo al cuál se le prolongaban baquetas en lugar de manos a partir de las muñecas. Buen comienzo para la noche mágica.

[ 20 minutos después y ... ]
 ...Con chaqueta de Givenchy, barba de meses y una gorra negra apareció!


Woodkid presentaba en su ciudad natal su álbum Golden Age que lo ha llevado a convertirse por fin en un cantante acreditado, además de ser un productor de vídeos mundialmente conocido. Su álbum, al igual que su música, es gris, tribal y muy sinfónica. Sus canciones siempre están acompañadas de vídeos que transportan al público a esferas como la de la ciudad norteamaricana de Brooklyn, a la orilla de un río o bien te pasea en barco por un río de aguas tumltuosas. Durante su LIVE se va parando para respirar y preguntar al público si ça va? Llora durante IRON y luego confiesa que estar allí es algo muy raro, ya que él hace tan solo diez años era anónimo en su barrio y nunca pensó que podría un tiempo más adleante actuar en un sitio tan común para él como son los amfiteatros.

La múscia envuelve todo. Los visuales y las luces son impresionantes. La Orquesta Nacional de Lyon intensifica la emoción con acordes desgarrados de violines y golpes de tambor tan sonoros que la entrada y salida de Woodkid en escena se parece a las de los antiguos marajás hindús. Lleno hasta la bandera, Woodkid llama al público a saltar con las partes más electrónicas de sus temas y estos le responden sobretodo en el Run boy run, mi preferida : 

Run boy run! This world is not made for you
Run boy run! They’re trying to catch you
Run boy run! Running is a victory
Run boy run! Beauty lays behind the hills


Run boy run! The sun will be guiding you
Run boy run! They’re dying to stop you
Run boy run! This race is a prophecy
Run boy run! Break out from society

El concierto acaba con una lluvia de almohadones previamente instalados en las gradas de granito con los que Woodkid juega a esquivar y devolver con una sonrisa que no se le borra en ningún momento. Nos ha guardado una sorpresa para el final : canta I R O N en acústico y al igual que me quedé sin voz cuando lo vi, me quedó sin palabras y adjetivos para continuar...




IRON LIVE from Jose Vázquez on Vimeo.

Las fotos y el vídeo está vez llevan mi firma. No obstante no dejéis de visitar : 


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