miércoles, 22 de mayo de 2013

V E R S A L L E S nunca dejó de quererme

Nos veíamos por segunda vez, Versailles y yo; de visita obligada con bocadillo de pisto vegetal incluido si estás de paso por París. Siempre que veo su famosa reja dorada mil y un personajes de la aristocracia francesa golpean las puertas de mi imaginación y más ahora después de haber visto en directo el musical 1789 : Les amants de la Bastille con una banda sonora que deleitará seguro vuestros tímpanos fundidos por noches de música electrónica. La visita de turno no ofrecía grandes posibilidades de observación del arte y el mobiliario de la época puesto que los 500 guerreros modernos de terrakota estaba muy alerta y a cada paso que dábamos nos cegaban con su inmensos flashes de cámaras asiáticas de gran calidad. Así que con prisa fuimos a reparar en el increíble salón de los espejos para mirarnos una vez más entre gotas de sudor y amigos coreanos. Salimos a tomar el aire y respirar con los jardines de fondo. El atardecer despunta y juega con las sombras de las estatuas que seguro algún día vieron con los ojos que me ven a mi, como Maria Antonieta y Luis XVI paseaban obsoletos y desconcertados una mañana de julio. Hace un día perfecto para pedir helados perfumados de fresa y nata acompañados con galletas con trozos de chocolate fundido por el carro rabioso de Apolo que nos mira con envidia.


La última parada es en la pequeña aldea de la caprichosa Maria Antonieta que por poco nos cuesta un accidente acceder a ella. Ávidos y ágiles, pues jóvenes somos, escalamos un pequeño muro para que mis amigos pudiesen disfrutar del art nouveau campestre con el que muchas brujas sueñan con el fin de  atraer a niños golosos que después cocinarán al horno. Han ido a parar con buenos elementos, me digo a mi mismo mientras todavía tengo en el estómago un sabor fresco y dulce. No hay vigilancia, no hay policia rural que nos advierta y nos prohiba hacer nada. Saltamos, subimos escaleras de dudosa estabilidad y nos hacemos fotos para rematar un día y a un castillo que estoy seguro nunca dejará de quererme. Por cierto, tanto Inés como yo llevamos en estas maravillosas instantáneas ropa adquirida en Vintage Kilo SHOP (128, Boulevard Saint-Germain-des-Près) una tienda genial que seguro se adapta a vuestra medida. 





FOTOS S e l l o CLICK

http://clickstantanea.tumblr.com/

2 comentarios:

  1. lindas fotos, que belleza ese cielo todo pintado!!
    saludos:)

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  2. Muy interesante tu blog. Bravo por tu escritura y por tus referencias musicales,cinematográficas etc etc
    Te sigo ;)

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